Se
nos hicieron las ocho y media de la noche y como estábamos cansados decidimos
sentarnos en el Starbucks que había en frente de la Puerta de Brandenburgo a tomarnos un café.
Una vez terminado el café como se acercaba la hora de cenar nos subimos
al primer taxi que encontramos y fuimos al nuestro hotel, donde allí cenamos en
el restaurante de buffet por 15 euros también como en la comida. Una vez
cenamos fuimos a las habitaciones a descansar, ya que el siguiente día sería un
día duro.
Mireia Ibiza Muñinos
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