martes, 19 de mayo de 2015

Belvedere, allá vamos


Desde ahí, paseando nos acercamos hasta el Belvedere, palacio de estilo Barroco. El palacio se construyó entre 1714 y 1723 para el príncipe Eugenio de Saboya, tras la derrota de los turcos. El palacio Belvedere fue elaborado por Johann Lukas. La idea de la construcción era un recinto para elaborar fiestas y así aumentar la popularidad del príncipe. Tras la muerte del príncipe Eugenio, el palacio fue adquirido por la emperatriz Maria Teresa.

Lo que hicimos fue bordearlo para entrar por abajo, es decir, desde el bajo Belvedere. Esto hizo que la primera impresión del Alto Belvedere fuera más espectacular, ya que el Bajo Belvedere es mucho más modesto. No entramos al Belvedere porque no nos apasionan las pinturas. Pero si que dimos un tranquilo paseo por los jardines, fotografiando sus fuentes y sus flores. Después tuvimos tiempo para tomar unos refrescos.






La siguiente parada nos llevó al Centro, a Stephansdom. La catedral es la iglesia principal de la archidiócesis de Viena y la sede de su arzobispo. Está situada en la Plaza de San Esteban (Stephansplatz), en pleno centro de la capital austríaca. El edificio experimentó también varias reformas y ampliaciones a lo largo de su historia, siguiendo distintos estilos artísticos. Es el símbolo religioso más importante de Viena y ha sido testigo de multitud de eventos de la historia de Austria.


El exterior de la catedral es muy bonito, pero lo que de verdad nos impresionó fué el colorido interior. Queríamos acercarnos al Altar Mayor, pero no está permitido.



Muy cerca de Stephansdom se encuentra la Peterkirche, y también la PestSaule. Se trata de un paseo ameno en el que se puede aprovechar para hacer las primeras compras de Sourvenirs. 

Marta Alonso Arnal 


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