sábado, 23 de mayo de 2015

Auschwitz!

Hoy toca  Auschwitz! Hemos preguntado en el hotel y los autobuses salen de la estación central, al lado de la galería Krakoswca, es decir, pegado a la estación de trenes a la que llegamos. Unos 6 minutos andando y estamos en la estación. El billete nos costo 14 eslotis, es decir,unos 3€ ida y vuelta.
Salimos a las 10 y la visita en español empezaba a las 12, tardamos alrededor de una hora y cuarto, nosotros tardamos una hora y media pero aun así llegamos a tiempo. El autobús era un poco incomodo, era el típico autobús urbano al que le habían asignado estos viajes.
Nada más llegar a Auschwitz nos dirigimos a las taquillas para que nos asignen nuestro grupo en español y nos den los auriculares para poder seguir la visita. La visita es gratuita, pero como todo tiene truco, el guía nos cuesta 40 eslotis, unos 10€. 


Lo primero que vemos, la puerta de entrada al campo. 


“Arbeit macht frei”: El trabajo os hará libres.

“Arbeit macht frei”. Esta es la frase que daba la bienvenida sobre todo a judíos pero también a intelectuales polacos, prisioneros de guerra, republicanos, españoles… que por desgracia habían caído en manos de los nazis. Ellos creían, sobre todo al inicio de los campos de concentración, que esta frase era cierta y que el trabajo les haría libres. Así es como empezó nuestro guía una visita de 2 horas al campo de concentración de Auschwitz.
Una de las primeras cosas que nos contó el guía fue el transporte hasta el campo de concentración. A Auschwitz iban trenes desde muchos lugares de Europa y para los nazis era la primera prueba a pasar. El trayecto, que podía ser de hasta 11 días, se hacía en condiciones infrahumanas. No tenían que comer y sólo tenían un recipiente con agua para todo el vagón. Esto acababa con la vida de mucha gente, sobre todo ancianos y niños.


Mapa sobre el transporte de prisioneros al campo

Nada mas entrar en el campo, encontramos la zona donde se situaba la orquesta que tocaba el himno alemán y canciones alemanas cuando pasaban los prisioneros para ir a trabajar fuera del campo de concentración. Todo estaba pensado para desgastarlos física y mentalmente.



Bloques de Auschwitz

En Auschwitz los bloques eran de ladrillo porque pertenecían al ejercito Polaco antes de ser conquistados por los nacis y utilizarlo como campo de concentración. 


Selección de presos 


En el primer bloque que entramos había muchas fotografías con las que podías ver cómo era el día a día en aquel infierno. Como seleccionaban quién era útil para trabajar, quien sería utilizado para experimentación por el Dr. Mengele y compañía, quien era débil y tenía que ir a la cámara de gas… muy duro todo pero como decía en un cartel del campo, se debe conocer la historia para evitar que vuelva a ocurrir.


Los prisioneros, sobre todo judíos que llegaban al campo de concentración, llegaban con sus pertenencias y las SS se las hacían marcar con su nombre y dirección porque les decían que se las devolverían al instalarse en el campo. Pero todo era una mentira ya que nunca se las devolvieron. Se las quedaban, las clasificaban y si alguna le interesaba a algún militar se las quedaban o las compraban a un precio simbólico para que no pudieran decir que las robaban. Como cada vez el número de pertenencias era mayor, en Birkenau o Auschwitz II, construyeron unos almacenes donde guardaban todas las pertenencias que creían de valor o útiles. Estos almacenes se llamaban Canadá y Canadá II en referencia a la primera potencia mundial en aquellos momentos. 


Gafas 



Maletas con el nombre de sus dueños, presos



Prótesis de los presos

Cada vez que entrabamos en un bloque veíamos más y más pertenencias y cosas de valor de los presos que estuvieron en ese campo.




Los primeros años de funcionamiento del campo de concentración registraban las entradas de los prisioneros haciéndoles fotografías. Lleno de estas fotografías es como nos encontramos algunos de los pasillos de los bloques que visitamos, con la fecha de entrada y la de la muerte. Llegamos a ver fotografías de prisioneros que sólo habían sobrevivido 4 días… Con el paso del tiempo, y como cada vez llegaba más gente cambiaron el sistema de registro a un tatuaje con un número que los identificaba, normalmente en el brazo.


Registro de presos durante los cuatro primeros años


Bloque 11, el más temido por los presos 

El último bloque de nuestra visita a Auschwitz fue el bloque 11. El peor bloque del campo de concentración. En este bloque se hacían juicios o mejor dicho un teatro ya que el final siempre era el mismo, la ejecución. También había numerosas celdas de castigo como las de 90cmx90cm donde metían  cuatro presos. Los pobres debían estar de pie sin poder moverse durante el tiempo que los de las SS estimasen oportuno. Estas celdas tenían muy poca entrada de aire (el agujero tenía el tamaño de un puño), lo que hacía que muchos murieran ahogados. Además, es donde probaron por primera vez la cámara de gas. En los primeros intentos el gas no “funcionaba correctamente” y sufrían durante muchas horas antes de morir. Una vez terminaron las pruebas construyeron una más grande y un crematorio donde deshacerse de los cuerpos.

Junto al bloque 11 encontramos la pared de fusilamiento donde ejecutaban a los prisioneros que habían tenido un juicio en el bloque 11 con resultado desfavorable, es decir a todos.


Pared de fusilamiento


Saliendo del campo encontramos una cámara de gas donde murieron miles de personas a manos de las SS y el crematorio. Los alemanes lanzaban el gas por unas aberturas que tenían en la parte superior dela cámara y después la sellaban con tableros de madera.


Cámara de gas


Horno crematorio 


Los presos pasaban a la cámara de gas y al cabo de unas horas, abrían y los iban pasando al horno en carretillas. Las cenizas las utilizaban para abonar los campos. 


También encontramos una horca donde Höß 1947, un funcionario del campo, fue ejecutado después de explicar el funcionamiento del campo a los Juicios de Nuremberg.



A las 14h termino nuestra visita y nos dirigimos a la cafetería a comer algo. Menuda mañanita, intensa y agotadora, todo el rato caminando de aquí para allá. 



Nacho Serrano Piqueras




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