domingo, 24 de mayo de 2015

Vuelta a casa!

Terminamos de ver Kazimierz y el Gueto y nos dirigimos al hotel. Una vez allí, sobre las 11h cogimos las maletas y la recepcionista del hotel nos facilitó un taxi para ir al aeropuerto, nuestro vuelo salia a las 12h y se suponía que ya teníamos que estar facturando las maletas...



Le transmitimos al taxista nuestra preocupación y más o menos nos entendió, empezó a acelerar y llegamos al aeropuerto a las 11:25h , menos mal que enseguida dimos con nuestra taquilla de facturación y nos dejaron pasar las maletas a la bodega del avión. No dio tiempo a coger nada para comer pero bueno, no perdimos el avión que era nuestra principal preocupación. 

Durante el trayecto estuvimos descansando, ya que estábamos todos bastante cansados. Llegamos a Valencia a las 15:05, con un poco de retraso pero sanos y salvos. Al salir por la sala donde recogimos las maletas, familiares y amigos nos esperaban con ganas de saber como había ido nuestro viaje por tierras lejanas. 





Aarón Serrano Expósito



Kazimierz y el Gueto



Hoy nos hemos dirigido a Kazimierz y el Gueto. Kazimierz es el barrio judío de Cracovia.
Como hicimos el otro día, nos dirigimos hacía la colina de Wawel, pasando por la plaza del mercado. Bajamos de Wawel y poco a poco nos fuimos adentrando en el barrio judío de Cracovia. A los pocos minutos, un cementerio con la estrella de David y una sinagoga.


Al cabo de un rato llegamos a la Plaza Szeroka. Es una plaza muy bonita donde encontramos la Sinagoga Vieja o Synagoga Stara y la Synagoga Remuh. La Sinagoga Vieja es la sinagoga más antigua que queda en pie en Polonia y de los puntos de interés más importantes de la arquitectura judía en Europa. Por otra parte la Synagoga Remuh es la más pequeña de Kazimierz y la única que sigue en activo en la ciudad.



Synagoga Stara


Interios Synagoga Stara


Synagoga Remuh


Plaza Szeroka


Comercios judíos de Kazimierz

Cruzamos el río Vístula para adentrarnos en el que fue el Gueto durante la época nazi. La zona donde los nazis concentraban a la población judía de Cracovia en apartamentos pequeños, donde hacían convivir hasta cuatro familias. Incluso, los más desafortunados dormían en la calle.

Lo primero que encontramos es la Plac Bohaterów Getta o, en castellano, plaza de los héroes del Gueto. Plaza donde los judíos eran seleccionados para marchar a campos de concentración. Las sillas que encontramos representan las pertenencias robadas a los judíos al llegar al Gueto.


Tras pasear por la plaza y alrededores nos volvimos hacía el hotel, ya que nos habían hecho el favor de guardar nuestras maletas para poder dar nuestra última vuelta por Cracovia.

Marta Prades Martínez

sábado, 23 de mayo de 2015

Post-Auschwitz


Una vez en el hotel, serían  las 19:15h más o menos, decidimos darnos una buena y revitalizante ducha y salir a dar una vuelta por la plaza del mercado. 

Cada noche la plaza del mercado se convertía en algo diferente, luces nuevas, locales nuevos... Todo cobraba vida de una forma distinta todas las noches. 



Después del paseo por el centro y de estar ojeando donde podría ser un buen lugar para cenar, descubrimos un pequeño restaurante llamado Gehanowska . Se notaba que era un restaurante de lujo pero era nuestra última noche de este maravilloso viaje y todo había ido genial, teníamos que celebrarlo. Así que decidimos entrar. La verdad que el sitio era encantador.





Pudimos disfrutar de una cena estupenda, en un restaurante muy acogedor y con una comida exquisita. 
Para picar nos pedimos un plato de quesos variados acompañado de un vino tinto suave, en el centro una ensalada Cesar para compartir. El camarero nos recomendó un plato con cuatro tipos de carne asada, cerdo,pato, pollo y buey acompañado con patatas y diferentes salsas típicas polacas..  Este plato era para cuatro personas pero con la ensalada y el plato de quesos tuvimos una cena muy contundente y deliciosa. De postre un suflet "black & white".


Por poco más de 12€ por persona cenamos en aquel lujoso restaurante en plena plaza del mercado de Cracovia. 
Tras esta súper cena, un paseo por la gran plaza del mercado para rebajar la comida y al hotel, mañana último día por estas tierras. 




Mireia Ibiza Muñinos

Birkenau



Conseguimos localizar una mesa libre y allí que vamos. Las chicas de la cafetería se toman la vida con mucha calma por lo que puedo observar… Al cabo de un rato deciden atendernos, no hablan español ni nosotros polaco y tampoco disponen de una carta en nuestro idioma. Así que toca utilizar nuestro séptimo sentido y nuestros conocimientos del día anterior. Decidimos pedirnos Zurek, que es una sopa polaca elaborada a base de harina de centeno y carne.  


Por 5 eslotis cada uno conseguimos comer y beber algo en la cafetería del campo.
A las 15:30 salió nuestro autobús hacia Birkenau, o lo que es lo mismo, Auschwitz II. 

La famosa entrada a Birkenau es impresionante.



A mi personalmente, nada más ver esto me recordó a “La vida es bella” de Roberto Benigni.


La gente que llegaba por estas vías a Birkenau, sobre todo en los últimos años de funcionamiento del campo iban directamente a las cámaras de gas. Sólo se salvaban los niños y niñas menores 14 años que tuvieran las medidas y la fisonomía alemana que eran dados en adopción a familias alemanas.
Durante la visita pudimos ver uno de los vagones que utilizaban los alemanes para transportar a los presos a sus campos de concentración. 



Estos vagones permanecían cerrados lo que durara el viaje y los pasajeros no se podían casi ni mover, estaban llenísimos. Disponían de un depósito de agua pero no era suficiente en algunos casos, al igual que la ventilación y la entrada de oxígeno. Muchos llegaban muertos a los campos.
Más adelante pudimos visitar el monumento a los fallecidos en los campos de concentración de Auschwitz y Birkenau.




Visitamos los barracones donde vivían los presos en Berkinau y a decir verdad, Auschwitz era un complejo hotelero de lujo con sus bloques de ladrillo. 



Estos barracones de madera eran bastante fríos, en las camas dormían hasta 3 presos y con el peso y el tiempo se rompían haciéndoles dormir en el suelo. El techo era de madera y cuando la nieve de derretía el agua que se filtraba embarraba todo el suelo.

Por ultimo visitamos las letrinas de Berkinau,  aunque parezca extraño era el lugar de trabajo preferido por los presos, ya que a este lugar no se acercaban los soldados por su desagradable olor y por miedo a contraer alguna enfermedad.



Un dato curioso que nos contó el guía es que  los presos solo podían hacer sus necesidades dos veces al día, antes y después de la larga jornada de trabajo. Si las hacían en otro momento y las SS los veían eran castigados.

A las 17h terminamos nuestra visita en Birkenau, la verdad es que un poco asombrados por todo los visto y por toda la información que nos habían relatado sobre los sucesos en esos campos de concentración de los alemanes. 

El autobús nos recogió a  las 17:30h y sobre las 19h estábamos de nuevo en el hotel. 

El día por los campos la verdad es que fue de maravilla, andamos mucho pero valió la pena y no se hizo para nada pesado. Un día entretenido aunque un poco desolador. 






Marta Alonso Arnal 

Auschwitz!

Hoy toca  Auschwitz! Hemos preguntado en el hotel y los autobuses salen de la estación central, al lado de la galería Krakoswca, es decir, pegado a la estación de trenes a la que llegamos. Unos 6 minutos andando y estamos en la estación. El billete nos costo 14 eslotis, es decir,unos 3€ ida y vuelta.
Salimos a las 10 y la visita en español empezaba a las 12, tardamos alrededor de una hora y cuarto, nosotros tardamos una hora y media pero aun así llegamos a tiempo. El autobús era un poco incomodo, era el típico autobús urbano al que le habían asignado estos viajes.
Nada más llegar a Auschwitz nos dirigimos a las taquillas para que nos asignen nuestro grupo en español y nos den los auriculares para poder seguir la visita. La visita es gratuita, pero como todo tiene truco, el guía nos cuesta 40 eslotis, unos 10€. 


Lo primero que vemos, la puerta de entrada al campo. 


“Arbeit macht frei”: El trabajo os hará libres.

“Arbeit macht frei”. Esta es la frase que daba la bienvenida sobre todo a judíos pero también a intelectuales polacos, prisioneros de guerra, republicanos, españoles… que por desgracia habían caído en manos de los nazis. Ellos creían, sobre todo al inicio de los campos de concentración, que esta frase era cierta y que el trabajo les haría libres. Así es como empezó nuestro guía una visita de 2 horas al campo de concentración de Auschwitz.
Una de las primeras cosas que nos contó el guía fue el transporte hasta el campo de concentración. A Auschwitz iban trenes desde muchos lugares de Europa y para los nazis era la primera prueba a pasar. El trayecto, que podía ser de hasta 11 días, se hacía en condiciones infrahumanas. No tenían que comer y sólo tenían un recipiente con agua para todo el vagón. Esto acababa con la vida de mucha gente, sobre todo ancianos y niños.


Mapa sobre el transporte de prisioneros al campo

Nada mas entrar en el campo, encontramos la zona donde se situaba la orquesta que tocaba el himno alemán y canciones alemanas cuando pasaban los prisioneros para ir a trabajar fuera del campo de concentración. Todo estaba pensado para desgastarlos física y mentalmente.



Bloques de Auschwitz

En Auschwitz los bloques eran de ladrillo porque pertenecían al ejercito Polaco antes de ser conquistados por los nacis y utilizarlo como campo de concentración. 


Selección de presos 


En el primer bloque que entramos había muchas fotografías con las que podías ver cómo era el día a día en aquel infierno. Como seleccionaban quién era útil para trabajar, quien sería utilizado para experimentación por el Dr. Mengele y compañía, quien era débil y tenía que ir a la cámara de gas… muy duro todo pero como decía en un cartel del campo, se debe conocer la historia para evitar que vuelva a ocurrir.


Los prisioneros, sobre todo judíos que llegaban al campo de concentración, llegaban con sus pertenencias y las SS se las hacían marcar con su nombre y dirección porque les decían que se las devolverían al instalarse en el campo. Pero todo era una mentira ya que nunca se las devolvieron. Se las quedaban, las clasificaban y si alguna le interesaba a algún militar se las quedaban o las compraban a un precio simbólico para que no pudieran decir que las robaban. Como cada vez el número de pertenencias era mayor, en Birkenau o Auschwitz II, construyeron unos almacenes donde guardaban todas las pertenencias que creían de valor o útiles. Estos almacenes se llamaban Canadá y Canadá II en referencia a la primera potencia mundial en aquellos momentos. 


Gafas 



Maletas con el nombre de sus dueños, presos



Prótesis de los presos

Cada vez que entrabamos en un bloque veíamos más y más pertenencias y cosas de valor de los presos que estuvieron en ese campo.




Los primeros años de funcionamiento del campo de concentración registraban las entradas de los prisioneros haciéndoles fotografías. Lleno de estas fotografías es como nos encontramos algunos de los pasillos de los bloques que visitamos, con la fecha de entrada y la de la muerte. Llegamos a ver fotografías de prisioneros que sólo habían sobrevivido 4 días… Con el paso del tiempo, y como cada vez llegaba más gente cambiaron el sistema de registro a un tatuaje con un número que los identificaba, normalmente en el brazo.


Registro de presos durante los cuatro primeros años


Bloque 11, el más temido por los presos 

El último bloque de nuestra visita a Auschwitz fue el bloque 11. El peor bloque del campo de concentración. En este bloque se hacían juicios o mejor dicho un teatro ya que el final siempre era el mismo, la ejecución. También había numerosas celdas de castigo como las de 90cmx90cm donde metían  cuatro presos. Los pobres debían estar de pie sin poder moverse durante el tiempo que los de las SS estimasen oportuno. Estas celdas tenían muy poca entrada de aire (el agujero tenía el tamaño de un puño), lo que hacía que muchos murieran ahogados. Además, es donde probaron por primera vez la cámara de gas. En los primeros intentos el gas no “funcionaba correctamente” y sufrían durante muchas horas antes de morir. Una vez terminaron las pruebas construyeron una más grande y un crematorio donde deshacerse de los cuerpos.

Junto al bloque 11 encontramos la pared de fusilamiento donde ejecutaban a los prisioneros que habían tenido un juicio en el bloque 11 con resultado desfavorable, es decir a todos.


Pared de fusilamiento


Saliendo del campo encontramos una cámara de gas donde murieron miles de personas a manos de las SS y el crematorio. Los alemanes lanzaban el gas por unas aberturas que tenían en la parte superior dela cámara y después la sellaban con tableros de madera.


Cámara de gas


Horno crematorio 


Los presos pasaban a la cámara de gas y al cabo de unas horas, abrían y los iban pasando al horno en carretillas. Las cenizas las utilizaban para abonar los campos. 


También encontramos una horca donde Höß 1947, un funcionario del campo, fue ejecutado después de explicar el funcionamiento del campo a los Juicios de Nuremberg.



A las 14h termino nuestra visita y nos dirigimos a la cafetería a comer algo. Menuda mañanita, intensa y agotadora, todo el rato caminando de aquí para allá. 



Nacho Serrano Piqueras




viernes, 22 de mayo de 2015

Primera tarde por Cracovia...

Después de comer y con las pilas cargadas, decidimos subir a Wawel.


A un minuto del hotel encontramos la gran puerta de Floryan, por donde se accedía a la muralla y al centro histórico de Polonia.



Puerta de Floryan


Dentro de la muralla nos encontramos una pared llena de cuadros y obras de arte, se ve que los artistas cuelgan ahí sus trabajos para venderlos a los turistas.


A 4 minutos andando encontramos la Plaza del mercado, antes de llegar ya visualizamos a lo lejos, las torres de la Basílica de Santa María.





Llegamos a la Plaza del mercado, suenan las 15:00 acompañado de un toque de trompeta. Esta tradición viene del S.XIII cuando mataron de un tiro a un trompetista que avisaba de una invasión.




Plaza del Mercado, Rynek Glowny en polaco



Decidimos entrar al mercado a dar un vistazo y encontramos sobre todo artesanía y pieles.

Exterior del mercado 

Interior del mercado

Uno de los puestos de artesanía  del mercado

Salimos del mercado, nos ponemos en marcha y empezamos a subir a Wawel. Decidimos ir andando para poder observar bien el centro histórico de Cracovia, ya que con la siesta hemos cogido fuerzas. Total, hemos tardado 20 minutos andando tranquilamente en llegar a la colina de Wawel.



Preciosa la catedral de Wawel! No podemos acceder a su interior porque se ve que están realizando una serie de ceremonias que no sabemos entender muy bien que son. La Catedral de Wawel es impresionante por su mezcla de estilos arquitectónicos. Obispos y reyes de Polonia la fueron modificando a lo largo de la historia según sus gustos. Quizás gracias a que cada uno fue poniendo su estilo, esta catedral, es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto con el centro histórico de la ciudad.




Exterior de la catedral de Wawel


Interior de la catedral de Wawel


Justo enfrente de la catedral encontramos el castillo de Wawel,ubicado en la colina de Wawel .

Castillo de Wawel

La Colina de Wawel estuvo habitada desde el Paleolítico y miles de años después se construyó en el lugar un castillo de estilo gótico que se convirtió en la primera residencia de los reyes de Polonia. Con el paso de los años el castillo se fue remodelando y adquirió un carácter renacentista.


Una vez dentro del castillo,lo primero que vemos es una estatua de Juan Pablo II que es todo un símbolo para los Polacos. 

Mas adelante vemos el impresionante patio del castillo de Wawel.


Patio interios del castillo de Wawel

Al salir del castillo bajamos por la zona del río para ver la estatua del dragón, todo un emblema de la ciudad. Cuenta la leyenda que el dragón vivía en una cueva en esta colina y que atemoriza al pueblo. El rey Krakus deseoso de acabar con aquella bestia ofreció la mano de su hija a quien lo matara. Muchos caballeros lo intentaron pero murieron en el intento hasta que un artesano dejó una piel de cordero con azufre en la puerta de la cueva del dragón. El dragón se la comió y bebió tanta agua del río Vístula que le explotó el vientre.


Nuestra visita por la colina de Wawel termino con el dragón y su historia, nos volvemos al hotel que estabamos agotados.

En nuestro regreso pasamos de nuevo por el Mercado Principal ya que era el camino mas rápido, gracias a esto pudimos admirar la maravillosa plaza principal iluminada.


Basílica de Santa María por la noche


Mercado principal por la noche



Antes de llegar al hotel, siendo mas de las 21h decidimos pasar a un restaurante a cenar algo. Restauracja Kawiarnia Jama Michalika.Por unos 8€ tuvimos una muy buena cena polaca. 

Aquí os dejo nuestro menú que seguro que os encanta.


El Zur, es una sopa a base de carne que la verdad estaba bastante buena! 
Después de esta contundente cena y esta super tarde de recorrido por el centro histórico a dormir que mañana toca día duro!




Aarón Serrano Expósito